Diferencias entre las pelotas de goma, prohibidas a los Mossos, y las balas de foam: “Las actuales son de precisión"

Agentes de mossos disparan proyectiles de foam en la concentración en Barcelona contra la detención de Pablo Hasel.
Agentes de mossos disparan proyectiles de foam en la concentración en Barcelona contra la detención de Pablo Hasel.
Hugo Fernández
Agentes de mossos disparan proyectiles de foam en la concentración en Barcelona contra la detención de Pablo Hasel.

Las manifestaciones en protesta contra la detención y encarcelamiento de Pablo Hasel han vuelto a poner en el centro del debate el uso de las balas de foam de los Mossos d’Esquadra, después de que una joven perdiera un ojo en Barcelona tras, al parecer, el impacto de uno de estos proyectiles, hecho que ya está siendo investigado por el cuerpo.

Estas balas de foam son las sustitutas de las pelotas de goma, que se prohibieron en Cataluña en 2014, aunque esta norma afecta únicamente a los Mossos d’Esquadra y no a la Policía Nacional o a la Guardia Civil.

Esta medida se tomó, en parte, tras el caso de Ester Quintana, una mujer que perdió un ojo a causa del impacto de una pelota de goma en la manifestación por la huelga general del 14 de noviembre de 2012.

Principales diferencias

"Las bolas de goma son un arma altamente lesiva y sin ninguna capacidad de control", cuenta Andrés García, abogado y co-director del centro de defensa de derechos humanos Irídia desde el que se investiga el caso de la joven que perdió un ojo el martes.

Cuenta que, a diferencia de las balas de foam que utilizan en la actualidad los Mossos, las pelotas de goma "salían disparadas sin saber muy bien hacia dónde, rebotaban y le podía tocar a cualquiera sin saber muy bien de qué manera". 

Por este motivo, la asociación está preparando un informe que presentarán en mayo a todos los grupos parlamentarios y al Gobierno de España para que se prohíban en el conjunto del Estado: "Sobre todo, porque no hay mecanismos eficaces para garantizar su control y son un arma anacrónica en el contexto democrático actual".

En cuanto al foam, que tiene forma de pelota de golf partida por la mitad, García explica que se trata de un arma de "precisión", por lo cual "el agente puede dirigir el impacto hacia la persona y la zona del cuerpo que considere".

Política de tolerancia cero contra la mala praxis

García cuenta que, desde la asociación, "entendemos que hay una irregularidad manifiesta de disparar en la zona de la cabeza", ya que, según la información que han recogido de las protestas contra la encarcelación de Hasel, en Barcelona se produjeron dos impactos en esta zona por balas de foam.

En octubre de 2019, cuando tuvieron lugar las protestas contra la sentencia del 'procés', la entidad recogió otros tres impactos en la cabeza y un manifestante también acabó perdiendo un ojo. "Si ya se produjeron entonces siendo un arma de precisión, ¿cómo es posible que haya vuelto a ocurrir? Entendemos que es porque no hay un mensaje claro por parte de la Dirección General de los Mossos de que no se puede disparar a la cabeza".

Por ello, reclaman que haya una política de tolerancia cero en estas situaciones: "Si se detecta quiénes han sido los agentes que han hecho esta mala praxis, mañana mismo deben ser cesados de empleo y funciones, y es lo que no se hace en muchas ocasiones".

Y es que, a su juicio, "en el momento en el que se haga una política de tolerancia cero contra aquellos que decidan hacer un uso de la fuerza más allá de lo legal, estaremos ganando el conjunto de la sociedad y el conjunto del cuerpo de los Mossos d’Esquadra", ya que "aunque no sea un caso aislado, tampoco se puede hablar de la generalidad del cuerpo, ni mucho menos".

Reclaman que se publique el protocolo de uso

Respecto a las zonas del cuerpo a las que los agentes pueden disparar, García señala que las instrucciones de uso del arma de foam no son públicas y que el análisis de que no se puede disparar a la cabeza "viene de estándares internacionales sobre el uso de este tipo de arma de energía cinética".

Conocer estas instrucciones es necesario para comprender dónde y cómo se produce la mala praxis, ya que "más allá de plantear de entrada una retirada del arma, se plantea qué uso se está realizando de esa arma y qué mecanismos de control hay".

Por este motivo, desde Irídia reclaman que se publiquen los protocolos de uso al ser ésta una cuestión "clave" para poder "monitorear la situación" porque, en la actualidad, la falta de transparencia "dificulta nuestro trabajo como organización de derechos humanos".

Investigación sobre la chica que perdió un ojo

Respecto a la joven que perdió un ojo durante las protestas del martes en Barcelona, Irídia ha pedido imágenes del momento en el que se produjo la lesión para poder investigar los hechos.

"La colaboración ciudadana ha sido de nuevo extraordinaria. Nos han llegado muchísimas imágenes de todo tipo y también testigos. Ahora estamos trabajando en esta fase previa a la interposición de la denuncia y también respetando los tiempos de la persona que esta mañana mismo estaba en quirófano", cuenta García.

La joven de 19 años herida de un ojo durante la concentración contra el encarcelamiento de Hasel de este martes en Barcelona.
La joven de 19 años herida de un ojo durante la concentración contra el encarcelamiento de Hasel de este martes en Barcelona.
Hugo Fernández

El centro Irídia cuenta con un servicio gratuito de atención ante situaciones de violencia institucional que, entre otros, está apoyado por el fondo de Naciones Unidas de tortura y malos tratos. 

Desde su inicio en 2016, han atendido más de 550 casos, como el del chico que perdió un ojo en las protestas contra la sentencia del 'procés', donde actúan como acusación popular, o como el caso de Roger Español, que perdió un ojo en el 1-O, y en el que la entidad es acusación particular.

Para García, este servicio que ofrece Irídia es "anómalo", ya que "rellenamos un vacío que existe por parte de la administración, porque, si no existiéramos nosotros, ¿a dónde se dirigirían estas personas? ¿A una comisaría de los Mossos, que es el mismo cuerpo que ha producido la agresión? No hay una ventanilla pública para este tipo de casos. Estamos rellenando un hueco que debería asumir la administración y ésa es nuestra apuesta a largo plazo".

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